Tres
acordes, dos corazones y una guitarra bailando sobre una misma luna pero en diferentes lugares.
¿Nunca
has sentido lejano a tu segundo corazón?
A ese corazón que late al compás del
tuyo, que hace que tu piel se herize cuando te acaricia o que automáticamente sonrías cuando lo sientes
cerca. A ese corazón que marca la melodía de tus pasos día a día.
¿Y cuando no lo sientes tan cerca como te gustaría? Te
agarras a tu fe y le invitas a bailar en esa pista de baile que pisasteis por
última vez.
Entonces regresa, te agarra fuerte y el baile empieza de nuevo.
Entonces regresa, te agarra fuerte y el baile empieza de nuevo.
Una canción muy bonita. Sigue así y llegarás muy lejos¡¡
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